Háblame, en vez, Narcisa,
acerca de María,
que levanta la copa larga,
entre las sombras de una soledad maldita.
Que trabaja,
que ama,
Que vive escandalosamente tras la calma
de su sincretismo,
confesado y apuntado.
Que no tiene tiempo de alzar los ojos,
de sueños rotos,
de trabajo ajeno.
Que le sulfuran las historias de su abuela,
los consejos de su madre,
el orgullo de su hermana.
Háblame
de la figura de una madre manoseada,
Del lado tuyo sobre el sofá
que ocupa el fantasma
quien anda por la ciudad
calzando mentiras escondidas
en sus pasos y en las palmas de sus manos.
Háblame Narcisa, de María,
que trata, por obligación grosera,
de correr tras del tren con la furia de un ladrido.
Vierte dentro de mi/nuestras almas
tu copa profunda,
de la cual te había platicado,
anoche
en-Tumbao.
Dispersa tus alas sobre el mar de tus
años mozos
en San Juan.
Estrecha la mano de la nostalgia
Respetuosamente
Alejada un poco
Por un momento.
En vez,
Tañe tu voz y tus cabellos,
poetisa dorada,
sobre las aguas nuevas
que guiñan,
que baten y que ahora quiebran
tu página blanca,
tan dulce y amargamente
en el presente
de una mujer sabia
que no olvida su inocencia.
¡Háblame en tú otra vez!
Por Tony del Valle
Respecto a "En Ruta al Reencuentro..."
No comments:
Post a Comment