Ya, desgraciadamente, se me acabaron las vacaciones de verano y, si me preguntan qué hice en estos meses, les cuento que me la he pasado saboreando libros de la biblioteca (ya no me queda espacio en los estantes para más libros, así que la biblioteca se ha convertido en mi mejor amiga). Como una fervorosa lectora, todo el año leo libros, pero en el verano leo con más gusto, más relajada, y me adentro en sus mundos como si viviera en ellos. Además, nada se compara con el placer de poder leer afuera rodeada de mis flores, o acostada en una silla tomando el sol cerca de la piscina, o sentada en un banco en el parque. Cuando se vive en una ciudad de crueles inviernos, los días cálidos se aprecian como amantes que enamoran el espíritu.
¿Y cuáles libros leí? De poesía comencé con la antología "La poesía del siglo XX en Colombia" (edición de Ramón Cote Baraibar) que me compré en Bogotá en octubre. Con ésta quedé enamorada de Darío Jaramillo Agudelo y María Mercedes Carranza, entre otros buenísimos poetas. Seguí con uno de mis poetas puertorriqueños contemporáneos favoritos, Javier Ávila, y su poemario "El papel del difunto", para luego seguirlo con la compilación "Aún" de Carlos Roberto Gómez Beras. Varios amigos poetas me habían regalado sus libros los cuales leí agradecida y feliz de conocer a gente tan talentosa. Entre ellos, "El incansable juego" de la dominicana Yrene Santos, "Inmunología poética" de Moisés Agosto Rosario (imposible no recordar a uno de mis poetas favoritos, Manuel Ramos Otero, al leerlo) y "Mosaicos" de mi amiga Michele Dávila Gonçalves quien, ¡por fin!, nos presenta una recopilación de cuatro de sus poemarios inéditos (sus versos cortos te pueden hacer pensar por horas).
De novelas me leí "La isla de los amores infinitos" de Daína Chaviano, "Las amigas imperfectas" de Luis del Val, "Lo verdadero es un momento de lo falso" de Lucía Etxebarria (love it!), "La llorona" de Marcela Serrano, "El último laberinto" de Mercedes Salisachs y "El cojo y el loco" de Jaime Bayly (éste último no me gustó para nada). Aparte de la novela de Bayly, todas las otras las recomiendo aunque, sin duda, la "novela del verano" fue "El tiempo entre costuras" de María Dueñas la cual mi amiguita Amarilis Hidalgo de Jesús me recomendó y, aunque es larguísima, me la engullí con tal devoción que ni dormir quería. Ahora mismo estoy a punto de terminar "El búfalo de la noche" de Guillermo Arriaga la cual, aunque algo oscura y deprimente, se lee rápido y se visualiza como un guión de película (lo cual, probablemente, es su verdadero talento).
Y ustedes, ¿qué libros leyeron este verano? JVP
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